
1993 «Mas que grande»
Quien le puso «la más grande» se quedó corto. No existen reglas en el universo para medir la grandeza de esta señora. Rocío, única, me enseñó a ser humilde y a la vez ser yo mismo, a luchar contra todo lo que se te atraviese en tu camino profesional y personal.
Acudió a mi estudio para grabar la banda sonora de la película «La Lola se va a los puertos». Al principio ella venía de grabar para su compañía de discos (CBS) en los estudios Criteria de Miami, uno de los mejores y mas lujosos estudios del mundo, al entrar en el mío estaba contrariada, despitada, mosqueada… De un estudio tan grande y lujoso a uno pequeñito y sin tanta ostentosidad. Al tercer día de trabajo me llama su hermano Amador desde el pasillo donde se encontraba el baño y me dice: «Escucha», Rocío estaba metida en el baño hablando con el inodoro diciéndole: «Sabes que te digo, que aunque esto sea muy pequeño aquí hay mucho arte». a partir de ahí…
Recuerdo el día que teníamos que grabar la voz del «soneto» estábamos solos en el estudio y me pidió una camisa porque necesitaba cambiarse y no traía ropa, le bajé la camisa de seda negra con la que dirigí a la Royal en Soy gitano de Camarón, le preparé su asiento, su micro, atril y su luz… Salió de la sala y vino hacia a mí, estaba guapísima, se salía… miro hacia el micro y me dijo: «Ahí grababa José, con ese micro y esa silla, ¿Verdad?» Se abrazó a mí llorando y se sentó en la silla para grabar la voz del soneto que ella sabía que quedaría para la historia.
Grande mía, que sensibilidad la suya, por eso así canta como canta mi Rocío Jurado. Ole tú.